16 octubre, 2006

Que

Que una mañana como a las nueve, una niña quería saber por qué no quería hacer nada. No tenía ganas de levantarse, ni de mojarse en la regadera, ni siquiera de ver a sus amigos en la escuela. No quería ir a clases, ni ver la tele, ni platicar con su novio de Uruguay en internet. ¿Por qué? ¿Por qué hoy no quiero nada?, pensaba con mucho interés la niña, hasta que se le ocurrió que tenía que haber algo que la emocionara, que la hiciera querer en el día que no quería nada... pero nada, ni la nieve de guayaba, ni las galletas de su abuelita, ni su vecina, ni escuchar a escondidas la novela que su mamá vería en la cocina, la animaban. Cuando ya estaba convencida de que por primera vez en su vida no quería nada, ni tenía ganas de nada, se dio cuenta de que la última hora había estado deseando, con todas sus fuerzas, saber por qué no quería nada. Entonces una tras otra y sin parar, empezaron a pasar por su mente todas las cosas que quería. Quería saber por qué no quería nada, quería seguir en su cama por mucho tiempo, quería sentir por siempre el calor de sus cobijas, quería dejar de querer sentirse mejor, quería dejar de pensar que no quería nada, quería sentir que podía dejar de pensar en eso, quería que su cabeza la dejara en paz, quería sentirse en paz, quería simplemente no querer nada. Que así comenzó a vivir la contradicción que es la vida.

2 comentarios:

d:ego dijo...

The girl was in nOwhere!!! I've felt that way many times, I'm kind of a permanent resident of that place. Just wanted to say I visited the woods. Miss u lots my friend... Hope we can talk soon!

Anónimo dijo...

a ese punto llego yo cuando llevo mucho rato de negativa o depre.... tan fácil que es la salida pero en ocasiones no la quiero ver... no mas rincones, no mas evasivas...