El periodo escolar terminó desde la semana pasada, paradójicamente las cosas que hacer aumentaron. Por eso no había escrito desde aquel alegre día en que nos enteramos de la existencia Basílico...
Entre las labores domésticas, los trabajos pendientes, la biblioteca, preparativos para el viaje y visitas, he estado muy ocupado, a las carreras como es costumbre. Hace muy poco me di cuenta que ya es diciembre, que ya estamos en épocas navideñas y sus implicaciones.
Dicen que estas fechas y todo el 'espíritu navideño' o se aman o se odian, a mi me gustan mucho. Creo que es influencia de mi mamá, quien todo el año está esperando las últimas semanas de noviembre para adornar la casa, y después alargar la primera semana de enero lo más que se pueda para no regresar a la no-decoración. Me gusta el mes, el clima, la ropa de invierno, el olor a pino y velas, la comida, las posadas, el descanso, y como buen fronterizo, las compras navideñas. Aunque el motivo religioso me importe poco y esté conciente del impulso al consumo que tienen estas fechas, me gusta su aspecto de re-unión y celebración. Por eso espero que estén teniendo un bonito mes navideño, alegre, abrigado, esperanzador y delicioso.
Este año otra vez estoy lejos de Tijuana, ahora pasaré la Navidad con una gran amiga, en unas horas me voy a Milán, tendré una Navidad y Año Nuevo a la italiana, con eurotour invernal para recibir el año, Apples Queen incluida. La verdad es que no creo extrañar la Navidad como tal, de la celebración del 24-25 me quedo con los recuerdos de la infancia. Las últimas navidades no han sido muy emotivas o memorables, quizá por las ausencias. La cena ya no me emociona, eso de no comer carne-tamales, los regalos perdieron el encanto (y la cantidad), las conversaciones se han vuelto aburridas y muchas tradiciones se han perdido, pero no se necesita una fecha específica para disfrutar el fin de año.
Lo que sí extraño es la temporada completa en familia, el arbolito de mi casa, las compras con mi mamá y mi hermana, los domingos fodongos con mi papá, la posada de los compadres, los adornos y la melancolía... todo el mes.
Estoy muy emocionado, espero poder mantenerlos al tanto del viaje y seguirnos leyendo el próximo año para sentirnos cerca.
Muchos abrazos y gracias por venir.
Ah! y por favor cuiden y reciclen a sus arbolitos, se los pide un árbol.
La tinta verde crea jardines, selvas, prados, follajes donde cantan las letras, palabras que son árboles, frases que son verdes constelaciones. Octavio Paz
20 diciembre, 2006
14 diciembre, 2006
Alguien dígame que no es cierto.
Hoy en Reforma:
P.D. El post lo hice en la biblioteca, ya fui a clases, ya estoy en mi casa... y no puedo parar de reir... No contenta con haberse ido a parir entre los millones de fans guadalupanos, sale con el nombrecito. Pobre niño, me ha alegrado el día.
Ayyy... hacía mucho que no me reía tanto, la gente me está viendo raro...La mamá del niño nacido antier en La Villa,
llamará a su hijo Basílico Guadalupe Guerrero Sueca.
P.D. El post lo hice en la biblioteca, ya fui a clases, ya estoy en mi casa... y no puedo parar de reir... No contenta con haberse ido a parir entre los millones de fans guadalupanos, sale con el nombrecito. Pobre niño, me ha alegrado el día.
Contraseñas
Los que tenemos acceso a maravillas tecnológicas como internet, redes bancarias o monitoreos domésticos por empresas de vigilancia, vivimos en el mundo de las contraseñas, traducción un tanto cabalística para el binarísimo password. Claves que ahora son todo, menos palabras mágicas. El mail, la alarma, las tarjetas del banco, los otros mails, el messenger, los sitios de comercio electrónico, los de noticias, las suscripciones gratuitas, y las que cobran, el acceso a la red de las escuelas, los trabajos, el soporte técnico, pagos, diagnósticos, pasatiempos, diversión, los blogs… contraseñas para todo.
Ya no somos sólo números en grandes listados de datos. Además de esas CURPs a las que finalmente se resume la era digital, nuestras identidades parecen estar determinadas por nombres de usuarios y contraseñas que son un verdadero desafío a la memoria. A ver, acuérdense de todos sus passwords, y de cuál username corresponde a cada uno. Y no los mezclen, ni fallen, ni pidan que les envíen la contraseña de nuevo… claro, si se acuerdan de la respuesta secreta para que les reenvíen la llavecita. Si lo que están pensando es recurrir a su lista secretísima y escondida entre las cartas viejas metidas en revistas del último cajón del clóset donde tienen todo escrito por si acaso… ¡hacen trampa!
Afortunadamente no todo tiene que ser tan caótico, tenemos opciones como usar la misma clave para todos los servicios que la requieran, o inventar combinaciones de la misma. De esta forma sólo te memorizas un dato. Perfecto. Sin embargo las exigencias actuales de terrorismo mental y paranoia nos exigen pensar, nomás por seguridad, en lo que pasaría si alguien la descubre y con eso puede acceder a los múltiples tús que el ciberespacio respalda. Ese gran archivo donde cada vez depositamos elementos más importantes de la vida cotidiana: correspondencia, comunicación, mensajes, publicaciones, dinero, sueldo, calendarios… Me pregunto si de verdad a alguien le interesarían mis claves de acceso.
Pero como nada es tan fácil, existen nombres de usuario sin sentido, y cual si se tratase de los más autoritarios sistemas antidemocráticos, ni las mayorías los pueden elegir. A este árbol le corresponden por ejemplo las matrículas a01081378 y sxs659 respectivamente, en dos universidades distintas a las que está inscrito simultáneamente. Esos números que necesito usar diariamente no me dicen nada, me los tengo que aprender, para cada uno hay un password distinto y sucede que hoy, en una pesada semana de final de semestre, "se me confundieron".
Y es que, reflexionen y se darán cuenta que en estos asuntos nuestra memoria reacciona por inercia. Al menos es mi caso, veo la página de Hotmail e instintivamente tecleo los códigos que le corresponde, lo mismo me pasa con Gmail, o cuando estoy frente a un cajero automático (por eso se han tragado mis tarjetas…), o EN LAS COMPUTADORAS DE LA ESCUELA. Así pasó hoy... con los desvelos y el cansancio no registré que no estaba en el Tec, y para mí, acceder a las computadoras de la escuela implica escribir a01081378 y su mal elegido password. Después de 15 minutos de pelearme con la máquina me dirigí a hacer fila al escritorio de ayuda, sólo para darme cuenta que posiblemente estaba queriendo entrar a otra cuenta. Supongo que eso pasó, porque abandoné la file, tecleé concientemente los datos de ESTA universidad y aquí estoy, posteando.
Es asombroso el poder que tiene una contraseña, el acceso que puede dar a quien la tenga. No es tan descabellado decir que el poder actual reside en los passwords… ¿y en los hackers?
Me pregunto cuántos passwords le corresponderán a cada internauta o cuenta habiente bancario. Y cuáles son los usernames elegidos, y cuántas veces se olvidan, cuáles son sus claves, y qué significan. Conocidísimas son las fechas importantes, nombres y apellidos como fuentes de contraseñas. Yo hice la lista mental y tengo más de veinticinco “contraseñas”, números supuestamente secretos, o palabras, o híbridos alfanuméricos… las últimas tendencias de seguridad en línea sugieren incluso el uso de caracteres como !"£$@:?@~{!
What the @/.,<*&>¬!?!?!?... eso sin contar las preguntas secretas posteriores, la identificación de imágenes, fechas y demás filtros de seguridad. La Mamá del Netkey, como se establece en U.N.I.C.O. Finalmente dependemos de nuestra memoria, o de las listas que nadie recomienda que tengas y más de uno tenemos, porque conocemos los límites de nuestra mente… esos que hoy me pudieron llevar a hacer un gran ridículo con los de soporte técnico de la biblioteca. Claro que mi lista está en clave. Cuando la revise y actualice les diré de cuántos usernames me he podido acordar.
Mientras se populariza la lectura del iris, la huella dactilar o algún código genético que globalizadoramente nos permita deshacernos de contraseñas confusas, algo que seguramente se usa desde hace años en dependencias como el FBI y que automáticamente generará formas de violar su "seguridad"... apréndanselas bien pera no pelearse con las máquinas.
Estoy empezando a creer que ellas no se equivocan.
Ya no somos sólo números en grandes listados de datos. Además de esas CURPs a las que finalmente se resume la era digital, nuestras identidades parecen estar determinadas por nombres de usuarios y contraseñas que son un verdadero desafío a la memoria. A ver, acuérdense de todos sus passwords, y de cuál username corresponde a cada uno. Y no los mezclen, ni fallen, ni pidan que les envíen la contraseña de nuevo… claro, si se acuerdan de la respuesta secreta para que les reenvíen la llavecita. Si lo que están pensando es recurrir a su lista secretísima y escondida entre las cartas viejas metidas en revistas del último cajón del clóset donde tienen todo escrito por si acaso… ¡hacen trampa!
Afortunadamente no todo tiene que ser tan caótico, tenemos opciones como usar la misma clave para todos los servicios que la requieran, o inventar combinaciones de la misma. De esta forma sólo te memorizas un dato. Perfecto. Sin embargo las exigencias actuales de terrorismo mental y paranoia nos exigen pensar, nomás por seguridad, en lo que pasaría si alguien la descubre y con eso puede acceder a los múltiples tús que el ciberespacio respalda. Ese gran archivo donde cada vez depositamos elementos más importantes de la vida cotidiana: correspondencia, comunicación, mensajes, publicaciones, dinero, sueldo, calendarios… Me pregunto si de verdad a alguien le interesarían mis claves de acceso.
Pero como nada es tan fácil, existen nombres de usuario sin sentido, y cual si se tratase de los más autoritarios sistemas antidemocráticos, ni las mayorías los pueden elegir. A este árbol le corresponden por ejemplo las matrículas a01081378 y sxs659 respectivamente, en dos universidades distintas a las que está inscrito simultáneamente. Esos números que necesito usar diariamente no me dicen nada, me los tengo que aprender, para cada uno hay un password distinto y sucede que hoy, en una pesada semana de final de semestre, "se me confundieron".
Y es que, reflexionen y se darán cuenta que en estos asuntos nuestra memoria reacciona por inercia. Al menos es mi caso, veo la página de Hotmail e instintivamente tecleo los códigos que le corresponde, lo mismo me pasa con Gmail, o cuando estoy frente a un cajero automático (por eso se han tragado mis tarjetas…), o EN LAS COMPUTADORAS DE LA ESCUELA. Así pasó hoy... con los desvelos y el cansancio no registré que no estaba en el Tec, y para mí, acceder a las computadoras de la escuela implica escribir a01081378 y su mal elegido password. Después de 15 minutos de pelearme con la máquina me dirigí a hacer fila al escritorio de ayuda, sólo para darme cuenta que posiblemente estaba queriendo entrar a otra cuenta. Supongo que eso pasó, porque abandoné la file, tecleé concientemente los datos de ESTA universidad y aquí estoy, posteando.
Es asombroso el poder que tiene una contraseña, el acceso que puede dar a quien la tenga. No es tan descabellado decir que el poder actual reside en los passwords… ¿y en los hackers?
Me pregunto cuántos passwords le corresponderán a cada internauta o cuenta habiente bancario. Y cuáles son los usernames elegidos, y cuántas veces se olvidan, cuáles son sus claves, y qué significan. Conocidísimas son las fechas importantes, nombres y apellidos como fuentes de contraseñas. Yo hice la lista mental y tengo más de veinticinco “contraseñas”, números supuestamente secretos, o palabras, o híbridos alfanuméricos… las últimas tendencias de seguridad en línea sugieren incluso el uso de caracteres como !"£$@:?@~{!
What the @/.,<*&>¬!?!?!?... eso sin contar las preguntas secretas posteriores, la identificación de imágenes, fechas y demás filtros de seguridad. La Mamá del Netkey, como se establece en U.N.I.C.O. Finalmente dependemos de nuestra memoria, o de las listas que nadie recomienda que tengas y más de uno tenemos, porque conocemos los límites de nuestra mente… esos que hoy me pudieron llevar a hacer un gran ridículo con los de soporte técnico de la biblioteca. Claro que mi lista está en clave. Cuando la revise y actualice les diré de cuántos usernames me he podido acordar.
Mientras se populariza la lectura del iris, la huella dactilar o algún código genético que globalizadoramente nos permita deshacernos de contraseñas confusas, algo que seguramente se usa desde hace años en dependencias como el FBI y que automáticamente generará formas de violar su "seguridad"... apréndanselas bien pera no pelearse con las máquinas.
Estoy empezando a creer que ellas no se equivocan.
12 diciembre, 2006
Inconcluyendo
- Cuando llego a una conclusión, generalmente me encuentro con más dudas y menos claridad sobre aquella serie de palabras, hechos, emociones (usémoslos como sinónimos) cuya reflexión o acción debería estar concluyendo.
- Hay momentos en que deberíamos decir que no. Desconozco las razones, menos entiendo porque decimos que si.
- Cuestión de tiempo, por eso nada se concluye.
- Positivo-Negativo. Pesimismo/Optimismo.
- Deberíamos negarnos cuando hay algún riesgo, o daño advertido. No así cuando se trata de ayudar a los demás. ¿Y porqué no decidir tomar el riesgo? ¿O decidir no colaborar?
- No me gustan las personas negativas, quienes enfocan sus energías en acentuar lo malo. Lo no-agradable. Lo peor. Tampoco soporto a quienes siempre están alegres y todo lo ven positivamente, sencillamente. Las cosas no son así. Pero tenemos puntos de partida, posiciones. Esto es evidente cuando se discuten posiciones ideológicas, teorías sociales. Crítica.
- Si las cosas no cloncluyen no debería exigirse un fin aparente. Ilusorio.
- En teoría cultural, como en todo lo humanístico y social, es difícil mantener una visión optimista. Muy sencillo es deprimirse. Algunos dirían que soy pesimista. La posibilidad de cambio es mínima, cualquier intento está considerado y es inmediatamente asimilado por el sistema, o la circunstancia, o el momento específico. Las situaciones no son humanamente favorables por naturaleza. Afortunadamente.
- Ayudar por empatía. Ayudar para sentirse mejor. Ayudar para colaborar. Ayudar para evadir(se). Ayudar para mejorar. Ayudar para empeorar. Ayudar por necesidad. Ayudar por ayudar.
- Mi punto de partida es negativo. La conclusión lleva siempre a las mismas inconclusiones. Desde distintas perspectivas. Pero admiro a quienes afrontan aspectos ideológicos desde una visión optimista. No es que crea en sus planteamientos, pero en el proceso de buscarles un desarrollo, adquieren un conocimiento más profundo de las implicaciones. Por eso la conclusión no importa, importa el camino. Quiero camino y duele.
- Que fea palabra es AYUDAR... suena horrible. Su poder simbólico me gusta. Y sus trampas.
- Quizá el idealismo es inocente y ambicioso, pero genera luchas, algunos logros, mucha reflexión, cuestionamiento. Hay otro idealismo que genera inacción, las ideas son ideas. El pragmatismo carece de ilusión, por lo que me parece muerto. Un muerto que genera.
- Hacer cosas por los demás. Interrogar motivaciones.
- Mi punto de partida es negativo, parto de que las cosas están mal, todo es complejo y la realidad social no es deseable. Con esa noción busco mejorarlas, con la conciencia de que jamás serán ideales. Pero que tampoco están perdidas.
- Sociología: Biografía e Historia
- El aspecto personal, ¿independiente del social?. Pesimismo social. Optimismo personal. Las actitudes, el día a día.
- No conclusión, no perfección. Posiblidad de mejora. Contextos específicos. Quizá son objetivos menores, no se enfocan en el absoluto, pero buscan ser congruentes con estas contradicciones. Idealismo light. Y posible. Límites de la crítica y la fe. Imposibilidad de radicalización.
- Todo genera más dudas.
- Admiro y detesto a quienes teniendo inteligencia, conocimiento y conciencia social pueden ser radicales. Ir en contra de sus parámetros de crítica.
- Son palabras. La vida no funciona con opuestos, no tiene dos polos ni dos caminos. No hay bien y mal. Aunque así es más fácil de entender. Intentar comprender ¿para qué?
- Cuando se pone la Historia por encima de la Biografía, la colectividad sobre el individuo, entonces la razón importa poco, porque buscamos mejorar y estamos mal. El hambre y la exclusión se sienten, emocionan, contra esto no hay razón. Así entiendo sus luchas. Porque esa es una parte de mi.
- Pocas veces hay sinceridad. Juegos del lenguaje. Dudas.
- Nada concluye, todo son siempre más dudas. Podría oponerme a todo lo que acabo de escribir. Yo. En un contexto específico con situaciones que me hacen pensar así. Elecciones y estructuras.
- Soy sincero y desconfío. Humanos. Experiencia. Temor.
- Ignorancia y felicidad. Inconciencia y goce. ¿Será?
- Entonces para qué buscar, para qué pensar, para qué dudar.
- Supongo que para disfrutar el proceso, para pensar en él cuando la impotencia y la desesperación se apoderan del camino.
- Tener clara una acción después del análisis. No su naturaleza. Su posibilidad.
- Las razones no importan. El proceso no es voluntario. Jamás concluye.
- Hay momentos en que deberíamos decir que no. Desconozco las razones, menos entiendo porque decimos que si.
- Cuestión de tiempo, por eso nada se concluye.
- Positivo-Negativo. Pesimismo/Optimismo.
- Deberíamos negarnos cuando hay algún riesgo, o daño advertido. No así cuando se trata de ayudar a los demás. ¿Y porqué no decidir tomar el riesgo? ¿O decidir no colaborar?
- No me gustan las personas negativas, quienes enfocan sus energías en acentuar lo malo. Lo no-agradable. Lo peor. Tampoco soporto a quienes siempre están alegres y todo lo ven positivamente, sencillamente. Las cosas no son así. Pero tenemos puntos de partida, posiciones. Esto es evidente cuando se discuten posiciones ideológicas, teorías sociales. Crítica.
- Si las cosas no cloncluyen no debería exigirse un fin aparente. Ilusorio.
- En teoría cultural, como en todo lo humanístico y social, es difícil mantener una visión optimista. Muy sencillo es deprimirse. Algunos dirían que soy pesimista. La posibilidad de cambio es mínima, cualquier intento está considerado y es inmediatamente asimilado por el sistema, o la circunstancia, o el momento específico. Las situaciones no son humanamente favorables por naturaleza. Afortunadamente.
- Ayudar por empatía. Ayudar para sentirse mejor. Ayudar para colaborar. Ayudar para evadir(se). Ayudar para mejorar. Ayudar para empeorar. Ayudar por necesidad. Ayudar por ayudar.
- Mi punto de partida es negativo. La conclusión lleva siempre a las mismas inconclusiones. Desde distintas perspectivas. Pero admiro a quienes afrontan aspectos ideológicos desde una visión optimista. No es que crea en sus planteamientos, pero en el proceso de buscarles un desarrollo, adquieren un conocimiento más profundo de las implicaciones. Por eso la conclusión no importa, importa el camino. Quiero camino y duele.
- Que fea palabra es AYUDAR... suena horrible. Su poder simbólico me gusta. Y sus trampas.
- Quizá el idealismo es inocente y ambicioso, pero genera luchas, algunos logros, mucha reflexión, cuestionamiento. Hay otro idealismo que genera inacción, las ideas son ideas. El pragmatismo carece de ilusión, por lo que me parece muerto. Un muerto que genera.
- Hacer cosas por los demás. Interrogar motivaciones.
- Mi punto de partida es negativo, parto de que las cosas están mal, todo es complejo y la realidad social no es deseable. Con esa noción busco mejorarlas, con la conciencia de que jamás serán ideales. Pero que tampoco están perdidas.
- Sociología: Biografía e Historia
- El aspecto personal, ¿independiente del social?. Pesimismo social. Optimismo personal. Las actitudes, el día a día.
- No conclusión, no perfección. Posiblidad de mejora. Contextos específicos. Quizá son objetivos menores, no se enfocan en el absoluto, pero buscan ser congruentes con estas contradicciones. Idealismo light. Y posible. Límites de la crítica y la fe. Imposibilidad de radicalización.
- Todo genera más dudas.
- Admiro y detesto a quienes teniendo inteligencia, conocimiento y conciencia social pueden ser radicales. Ir en contra de sus parámetros de crítica.
- Son palabras. La vida no funciona con opuestos, no tiene dos polos ni dos caminos. No hay bien y mal. Aunque así es más fácil de entender. Intentar comprender ¿para qué?
- Cuando se pone la Historia por encima de la Biografía, la colectividad sobre el individuo, entonces la razón importa poco, porque buscamos mejorar y estamos mal. El hambre y la exclusión se sienten, emocionan, contra esto no hay razón. Así entiendo sus luchas. Porque esa es una parte de mi.
- Pocas veces hay sinceridad. Juegos del lenguaje. Dudas.
- Nada concluye, todo son siempre más dudas. Podría oponerme a todo lo que acabo de escribir. Yo. En un contexto específico con situaciones que me hacen pensar así. Elecciones y estructuras.
- Soy sincero y desconfío. Humanos. Experiencia. Temor.
- Ignorancia y felicidad. Inconciencia y goce. ¿Será?
- Entonces para qué buscar, para qué pensar, para qué dudar.
- Supongo que para disfrutar el proceso, para pensar en él cuando la impotencia y la desesperación se apoderan del camino.
- Tener clara una acción después del análisis. No su naturaleza. Su posibilidad.
- Las razones no importan. El proceso no es voluntario. Jamás concluye.
10 diciembre, 2006
For you, MAN!
Para ya no ver al irrespetuoso aquí les va esta obra que estoy estudiando y me gusta mucho...
new post
No debería estar haciendo un post, debo estar leyendo, estudiando, preparando ensayos... y me gusta, mis lecturas me tienen muy contento, tengo buenas ideas (creo) para los ensayos. Todo es en torno a la teoría cultural, juventud, postmodernidad, arte y discursos.
Pero no soporto entrar al blog y ver a Borat.
Por eso publico este nuevo post, para que haya otra cosa en 'primera plana'.
Ando muy reflexivo... así que pronto les comento mis nuevos cuestionamientos e inconclusas conclusiones.
Pero no soporto entrar al blog y ver a Borat.
Por eso publico este nuevo post, para que haya otra cosa en 'primera plana'.
Ando muy reflexivo... así que pronto les comento mis nuevos cuestionamientos e inconclusas conclusiones.
06 diciembre, 2006
Borat...
" ... NOT! "
Siendo miércoles de cine, tenemos 2x1 en tintas verdes.
Como no me gustó no había escrito al respecto. Pero hace varias semanas fui a ver Borat , el fenómeno taquillero del año... tristemente.
Su creador y protagonista es muy inteligente, talentoso, un caso de estudio en las universidades británicas por sus personajes, quienes ácida e inteligentemente critican y cuestionan la situación económica, política, mediática o cultural de la acutualidad: el mundo de la globalización, el consumismo... la guerra del terror; entre otras cosas entrevistando a los líderes de los distintos rubros.
Borat es uno de sus personajes, protagonista de este falso documental donde pasa de la crítica irreverente a la total falta de respeto aderazada con morbo desmedido, asqueroso e innecesario... convirtiéndose en un promotor más del rechazo intercultural, la ignorancia global y los prejuicios que tanto critica.
Entiendo que la burla no tiene límites, que su 'movie film' es en sí mismo el medio para el mensaje de una sociedad decadente, que burlarse de uno mismo es grandioso, etc... pero ese es el problema, no se está burlando de él. Ojalá todas las demandas que está recibiendo procedan. Porque no es lo mismo autotorturarse morbosamente como los de Jackass, reflejando mil cosas sobre su sociedad y su juventud, desde adentro, que ir a otros países a engañar a las personas para faltarles totalmente al respeto, haciéndose millonario y manteniendo el status quo de millones de jóvenes ignorantes, racistas, etnocéntricos y bobos que abarrotan las salas de cine. Ese es mi problema, no tanto sus engaños, finalmente fue creativo y es sólo un reflejo muy vil de como todos usan a países como Kasajstán sin pedir permiso. Pero para el resultado, reafirmar los prejuicios, los medios son totalmente reprobables.
El tipo es hábil y actorazo, por lo tanto sí es cierto, tiene cosas MUY CHISTOSAS, pero todas las que valen la pena están en el preview que seguramente ya han visto o pueden ver en apple, youtube o su proveedor de videos gratuitos preferido. Me da coraje, porque es un atrevimiento que pudo ser un gran logro, lástima que ganó el morbo grotesco y la estupidez. Inicié carcajeándome como pocas veces, salí muy enojado, triste e indignado. Por eso no la había comentado.
Su creador y protagonista es muy inteligente, talentoso, un caso de estudio en las universidades británicas por sus personajes, quienes ácida e inteligentemente critican y cuestionan la situación económica, política, mediática o cultural de la acutualidad: el mundo de la globalización, el consumismo... la guerra del terror; entre otras cosas entrevistando a los líderes de los distintos rubros.
Borat es uno de sus personajes, protagonista de este falso documental donde pasa de la crítica irreverente a la total falta de respeto aderazada con morbo desmedido, asqueroso e innecesario... convirtiéndose en un promotor más del rechazo intercultural, la ignorancia global y los prejuicios que tanto critica.
Entiendo que la burla no tiene límites, que su 'movie film' es en sí mismo el medio para el mensaje de una sociedad decadente, que burlarse de uno mismo es grandioso, etc... pero ese es el problema, no se está burlando de él. Ojalá todas las demandas que está recibiendo procedan. Porque no es lo mismo autotorturarse morbosamente como los de Jackass, reflejando mil cosas sobre su sociedad y su juventud, desde adentro, que ir a otros países a engañar a las personas para faltarles totalmente al respeto, haciéndose millonario y manteniendo el status quo de millones de jóvenes ignorantes, racistas, etnocéntricos y bobos que abarrotan las salas de cine. Ese es mi problema, no tanto sus engaños, finalmente fue creativo y es sólo un reflejo muy vil de como todos usan a países como Kasajstán sin pedir permiso. Pero para el resultado, reafirmar los prejuicios, los medios son totalmente reprobables.
El tipo es hábil y actorazo, por lo tanto sí es cierto, tiene cosas MUY CHISTOSAS, pero todas las que valen la pena están en el preview que seguramente ya han visto o pueden ver en apple, youtube o su proveedor de videos gratuitos preferido. Me da coraje, porque es un atrevimiento que pudo ser un gran logro, lástima que ganó el morbo grotesco y la estupidez. Inicié carcajeándome como pocas veces, salí muy enojado, triste e indignado. Por eso no la había comentado.
El laberinto del fauno
¿Qué el blog parece qué? jaja... pues si, otra película.
Sorprendente fue la experiencia de hoy en el cine. Ya sabía que Guillermo Del Toro es muy talentoso, pero sus películas no me gustan... bueno, Cronos poquito. En general (siempre hay excepciones), las películas de fantasía-mitología, o 'sagas', la mayoría de ciencia ficción, adaptaciones de cómics (anime incluido) o videojuegos, de guerra o violencia, no me gustan, menos si implican criaturas extrañas.
Bien contra mal tal cual, pirámides de poder, seres dotados de poderes exóticos con cualquier cantidad de artefactos maravillosos, vampiros, sangre brotando por donde sea y guerras desmedidas (vaya pleonasmo) que pretenden moralizar a la humanidad, NO ME GUSTAN. Si acaso leídas. Por eso detesto las animaciones asiáticas, Blade, El Señor de los Anillos, X-Men, Las Crónicas de Narnia y otras que como no me gustaron ya se me olvidaron. Ésta no tiene todo eso, pero es del tipo y era para que se dieran una idea de qué iba esperando.
El bien contra el mal es tema básico, siempre está presente (cuando no, yo entro en éxtasis cinematográfico), pero me gusta con más drama, o realismo o de plano humor. Cuestión de gustos. Quizá porque no me atraen esas temáticas, El Laberinto del Fauno me pareció muy buena.
Su planteamiento narrativo del mundo fantástico dentro de la realidad me gustó. Es totalmente literario, un cuento. Puede ser visto como un producto de la literatura infantil, donde la magia contrasta directamente con el horror del Franquismo español. Aquí entra la fortísima dosis de 'no-fantasía', conciencia social y buenas actuaciones que me lograron atrapar, hacer enojar e incluso conmover. Ya cuando empiezan a criticar así a los militares, me han ganado. Mucha violencia (por la intensidad) para mi gusto, hasta cierto punto 'necesaria' en una historia donde la imaginación tiene logros reales, revalorizando aspectos como la tristeza y la alegría... la vida y la muerte... porque hay un final, pero no es lo mismo para todos, enfoques distintos: ¿trágico happy ending?
Para mí lo más impactante fue todo lo técnico: cómo me dió gusto ver algo no-Hollywood con esa calidad de animación, fotografía, edición, dirección de cámaras, ambientación... ¡En español! Los colores, la música, las tomas, todo está bien bonito y simbólico, como el guión (con sus fallitas) lo exige.
Pero lo que más me gustó es la niña. Se llama Ivana Baquero y soy su fan.
04 diciembre, 2006
¿Y el blog pa qué?
Esto ya parece blog de cine.
La primera vez que abrí un blog fue motivado por un escritor cuya literatura aleatoria disfruto. Pensaba en aventurarme a escribir, desarrollar mi gusto por las palabras y los cuentos... a ver qué salía. Una vez con blog fue muy difícil, como si ya no supiera escribir. Estando lejos el follaje escrito se convirtió en una breve serie de pensamientos a la distancia, algunos con cierta estructura de ficción. Después no tuve acceso a internet por varios meses y no regresé al blog. Pero seguí leyendo blogs y en mayo, más de dos años después, prometí reiniciar con el follaje. La razón: estar en contacto con la gente que quiero, desde la distancia otra vez.
El follaje no se reinició, nació este blog. Me pidieron definiciones y yo decía que era un espacio para sentirnos cerca, sin mucha pretensión. Porque hay blogs literarios, periodísticos, de opinión, humorísticos, de crónicas, especializados, otros que son diarios, o bitácoras personales, o profesionales, o de crítica, con temas definidos, de todo, de nada, personales o grupales, para consejos, para discusiones. Hay blogs exhibicionistas y blogs que buscan provocar interés o causar lástima, o crear identidades. Este era un espacio para los amigos, para estar cerca, y ahora parece que me dedico a decir qué me parecieron las películas que veo (ni a crítica o reseña llegan).
Lo que realmente quiero es escribir.
Y da miedo, y hay más lectores y hay egos y bloqueos y expectativas y muchas opiniones y ficciones en mi mente, o ni tan ficciones, ¿y si nomás las escribo y ya? ¿aquí? ¿para qué?
- ¡Para que no vayan a creer que es un blog de cine!
La primera vez que abrí un blog fue motivado por un escritor cuya literatura aleatoria disfruto. Pensaba en aventurarme a escribir, desarrollar mi gusto por las palabras y los cuentos... a ver qué salía. Una vez con blog fue muy difícil, como si ya no supiera escribir. Estando lejos el follaje escrito se convirtió en una breve serie de pensamientos a la distancia, algunos con cierta estructura de ficción. Después no tuve acceso a internet por varios meses y no regresé al blog. Pero seguí leyendo blogs y en mayo, más de dos años después, prometí reiniciar con el follaje. La razón: estar en contacto con la gente que quiero, desde la distancia otra vez.
El follaje no se reinició, nació este blog. Me pidieron definiciones y yo decía que era un espacio para sentirnos cerca, sin mucha pretensión. Porque hay blogs literarios, periodísticos, de opinión, humorísticos, de crónicas, especializados, otros que son diarios, o bitácoras personales, o profesionales, o de crítica, con temas definidos, de todo, de nada, personales o grupales, para consejos, para discusiones. Hay blogs exhibicionistas y blogs que buscan provocar interés o causar lástima, o crear identidades. Este era un espacio para los amigos, para estar cerca, y ahora parece que me dedico a decir qué me parecieron las películas que veo (ni a crítica o reseña llegan).
Lo que realmente quiero es escribir.
Y da miedo, y hay más lectores y hay egos y bloqueos y expectativas y muchas opiniones y ficciones en mi mente, o ni tan ficciones, ¿y si nomás las escribo y ya? ¿aquí? ¿para qué?
- ¡Para que no vayan a creer que es un blog de cine!
01 diciembre, 2006
1 diciembre
Suscribirse a:
Entradas (Atom)