A eso algunos le llaman melancolía. O árbol. ¿No es cierto?"
Lugar común: estas cosas pasan en el momento y lugar menos esperados.
(Momento: después de una jornada de desesperación laboral con tintes de incertidumbre y frustración.)
(Lugar-no-común: sala de espera de un consultorio viejo, asientos setenteros de plástico ocre, paredes forradas de madera, escultura de yeso a los pies de una Virgen reflejada en la pared-espejo.)
Y de repente un libro te salva. La literatura como redención, como destino.
Así me salvó ayer mi anhelado regalo de cumpleaños -gracias Amiguito-. Hoy se lo que quiero. Entraré a una maestría en literatura y mi tesis será sobre la obra de Cristina Rivera Garza. Porque sus textos me salvan siempre. Sociología, locura, frontera, cuerpos, misterio, lo femenino y lo masculino... la inteligente belleza en la unión de sus palabras me motiva como pocas cosas, o quizá como ninguna.
Y se abre un mundo luminoso de posibilidades: el refugio de las palabras. Nunca debí alejarme.
El futuro: ¿La cátedra CRG en alguna hermosa universidad les parece muy ambicioso? A mi no. Pienso -y aquí pensar quiere decir ver- en felicidad profesional.
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