Al menos para eso

Quien haya recibido un correo mío, sabe que mi firma es una frase de Ernesto Sábato, en una de las lecturas que más he disfrutado en la vida: Sobre héroes y tumbas.

"Escribir al menos para eso, para eternizar algo pasajero"

Me parece una de las definiciones más hermosas y verdaderas de la escritura, a su vez una de las más geniales maravillas humanas. Con la palabra escrita podemos plasmar un suspiro, capturar una sensación, congelar un instante para revivirlo en el futuro... releyendo.

Escribiendo la inspiración pasajera se eterniza ficticia en hoja y papel, tal como las vivencias condenadas a perecer se logran conservar entre tipografías y caligrafías. Eternizamos a través de poemas, novelas, obras, guiones y cuentos, pero también con bitácoras, diarios, confesiones, texts, tweets y... blogs.

Lo pasajero es más permanente de lo que queremos creer, y la incertidumbre de hoy me hace releerme año y medio atrás. Recuerdo que escribí este post y voy a él (y a los comentarios que generó). Todo es tan claro. La comodidad no es mi camino, nunca lo ha sido, por más flojo que sea. Cuando me he ido por lo fácil, lo que está listo, lo que requiere menor esfuerzo, me he equivocado, me arrepiento. A algunos les funciona, a mi no. Cuando me he arriesgado y apostado, afrontando con valor las decisiones y realidades más difíciles, he triunfado.

Intentaré negociar, si no es posible, adiós. Si ningún plan resulta, las posibilidades son infinitas. Se quién soy, quién quiero ser y dónde no quiero estar. No estoy dispuesto a olvidarlo nunca más. No seguiré cayendo, ni evadiendo ni aguantando. Mis palabras me lo seguirán recordando, porque son lo más cercano que tenemos a la eternidad, una ilusión de permanencia en nuestra efímera existencia.

Soundtrack: El Salmón, Calamaro
(siempre seguí la misma dirección, la difícil, la que usa el salmón...)